El capital privado viene demostrando que puede transformar compañías a través de una mejor gobernanza, acceso a capital estratégico y excelencia operativa. Sin embargo, la verdadera creación de valor no siempre proviene de los activos tradicionales.
Cada vez más, los factores intangibles —como el talento, la propiedad intelectual, los datos y las marcas— son los que definen el éxito de una inversión.
En este escenario, hay un activo que con frecuencia se pasa por alto pero que puede convertirse en un verdadero generador de valor: los nombres de dominio.
Dominios: mucho más que una dirección web
Durante años, los dominios fueron percibidos como una cuestión técnica, casi “de plomería digital”. Pero en un mundo donde la identidad de una empresa vive en línea y donde la competencia por la atención del consumidor se da en el terreno digital, los dominios son una pieza crítica de la estrategia corporativa.
Un dominio sólido puede:
- Proteger el valor de marca, evitando riesgos de suplantación o pérdida de reputación.
- Apoyar la expansión internacional, asegurando consistencia en distintos mercados.
- Maximizar ingresos, al canalizar tráfico directo y mejorar la experiencia del cliente.
- Reducir riesgos legales y financieros, anticipándose a disputas por propiedad o uso indebido.
En sectores altamente regulados o con fuerte dependencia de la confianza del cliente, el impacto de un dominio mal gestionado puede ser millonario.
Una oportunidad poco explorada en el capital privado
En procesos de inversión, las due diligence suelen enfocarse en finanzas, operaciones o estructura legal. Sin embargo, rara vez se analiza con la misma rigurosidad el portafolio de dominios de una compañía.
Y aquí puede haber riesgos ocultos —como vulnerabilidades de seguridad, brechas en mercados clave o costos legales latentes—, pero también oportunidades de crecimiento aún no explotadas.
La gestión profesional de dominios, integrada en el Plan de Creación de Valor, puede convertirse en un factor diferencial en la estrategia post-inversión.
Estrategia y visión a futuro
Para las firmas de capital privado, contar con un estratega en dominios no es un lujo, sino una inversión inteligente.
Un especialista puede aportar una mirada integral: desde evaluar riesgos en la etapa previa a la adquisición hasta diseñar una estrategia que potencie el valor digital de la compañía en el mediano y largo plazo.
En un mundo donde el activo digital es tan valioso como el físico, los dominios ya no son un detalle técnico: son una palanca de crecimiento, protección y diferenciación competitiva.
Es por ello, que los dominios deben dejar de ser vistos como un gasto operativo y empezar a ser gestionados como lo que realmente son: activos estratégicos que pueden impulsar el valor de una inversión.
Si tenés interés en recibir asesoramiento, quedamos pendientes de tu consulta: vmf@vmf.com.ar
Fuente: ‘Domain Management: A Hidden Value Driver in Private Equity Value Creation’, por Dr Chris Donegan y Stuart Fuller (Com Laude).
